Con alegría, música y espíritu comunitario, arrancó en Atlapexco la 14ª edición del Encuentro de Niñas, Niños y Jóvenes Huapangueros, una fiesta de tres días dedicada a la preservación, formación y celebración del son huasteco, donde participan jóvenes talentos de Hidalgo, Puebla, Veracruz, Querétaro, San Luis Potosí y Tamaulipas.
La Plaza Principal fue el corazón de la inauguración, donde autoridades estatales y municipales dieron la bienvenida a las nuevas generaciones de huapangueros. En representación del Gobierno de Hidalgo, la secretaria de Cultura, Neyda Naranjo Baltazar, destacó el valor del relevo generacional:
“Este encuentro representa el alma de la Huasteca, donde la cultura no se archiva, se vive, se canta y se baila. Aquí, las infancias son guardianas de un legado que se transforma sin perderse.”
El presidente municipal, Juan de Dios Nochebuena Hernández, y Leodegario Gerónimo Ramírez Hernández, del Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca, coincidieron en que este evento no sólo impulsa la creatividad juvenil, sino que fortalece la identidad y el tejido social en la región.
La jornada comenzó con presentaciones del trío local de Atlapexco y un grupo de danza de Huejutla, mostrando la energía y talento que vive en la niñez huasteca. A lo largo del día se impartieron talleres de instrumentos tradicionales como jarana, violín y quinta huapanguera, además de dinámicas de versificación, coplas y tradición oral.
Durante los próximos días, el programa continuará con actividades formativas en zapateado, composición, técnica instrumental y ensambles. Cada noche cerrará con una muestra artística de los tríos infantiles y juveniles invitados, creando un mosaico de sonidos y voces que dan vida al patrimonio cultural de la Huasteca.
Este encuentro forma parte del Programa de Desarrollo Cultural de la Huasteca, una estrategia regional con más de 30 años de historia, enfocada en preservar y revitalizar las expresiones vivas del son huasteco desde las propias comunidades.
Con esta edición, Atlapexco se consolida como un epicentro del arte tradicional, donde las nuevas generaciones no solo aprenden, sino reinventan una de las tradiciones más vibrantes de México.