La madrugada del sábado, Tula de Allende vivió uno de los episodios más violentos del año: una balacera dentro del bar “La Resaka” que dejó seis personas sin vida y ocho lesionadas, en un ataque que, según confirmó el Gabinete de Seguridad del gobierno de Hidalgo, no fue un hecho aislado, sino la muestra más cruda de una guerra interna entre células delictivas que buscan adueñarse de la región tras la detención de “El H”, señalado líder huachicolero.
En conferencia de prensa, autoridades estatales revelaron que detrás del ataque se encuentra un enfrentamiento entre dos facciones desprendidas del grupo criminal de “El H”: los encabezados por sujetos conocidos como “El Cuquis” y “El Perico”, quienes mantienen una violenta pugna por el control del robo de hidrocarburo y otras actividades ilícitas.
El secretario de Seguridad Pública, Salvador Cruz Neri, dio a conocer que, según inteligencia estatal, dentro del bar se encontraba un hombre cercano a “El Cuquis”, presuntamente vinculado al narcomenudeo. El comando rival habría entrado para ejecutarlo, aunque este punto —precisó— aún no está completamente acreditado por la investigación.
El ataque fue perpetrado alrededor de la 1:30 de la madrugada por ocho individuos armados, quienes llegaron en dos camionetas y abrieron fuego con armas calibre 7.62 × 23 y 9 mm, según informó Luis Cruz Mera, titular de la Agencia de Investigación Criminal. Recordó que, en los últimos tres meses, se han llevado a cabo cinco operativos en Tula, Atitalaquia y Mixquiahuala, con el aseguramiento de 36 armas de fuego, chalecos antibalas, cartuchos y nueve vehículos, uno de ellos con blindaje artesanal.
El encargado del Despacho de la Procuraduría General de Justicia, Francisco Fernández Hasbun, aseguró que ya existen elementos sólidos para ubicar y detener a los responsables, y anticipó que pronto se dará a conocer información sobre los avances.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, advirtió que varias de estas células delictivas “no son originarias de Hidalgo”, razón por la cual se pedirá a los municipios cerrar centros nocturnos después de la 1:00 de la mañana para evitar que sigan siendo refugio de criminales.
Olivares no dudó en calificar a “La Resaka” como un lugar “poco recomendable”, especialmente durante la madrugada, reiterando que este tipo de establecimientos suelen ser elegidos por grupos delictivos para reunirse y operar.
La violencia que detonó en “La Resaka” no es, según las autoridades, un hecho fortuito: es el síntoma de una reconfiguración criminal que pretende disputarse a sangre y fuego una de las zonas con más presencia de robo de hidrocarburo en el país. En las próximas horas, el estado podría conocer nuevos movimientos en esta peligrosa lucha por el control.
