El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, rindió su Segundo Informe de actividades, y lo hace con un respaldo popular significativo. Los números y logros que presenta son impresionantes, pero, ¿qué hay detrás de estas cifras? ¿Qué significan realmente para la vida diaria de los hidalguenses?
El gobernador Menchaca ha puesto el foco en temas fundamentales: infraestructura, seguridad, educación, combate a la corrupción y programas sociales. Destaca que uno de cada tres hidalguenses está beneficiado por los programas del Bienestar, con una inversión de 3 mil millones de pesos. Esto es sin duda un avance en términos de justicia social, pero ¿qué implica esto para el desarrollo a largo plazo? No se trata solo de números, sino de la capacidad de estas acciones para transformar verdaderamente las condiciones de vida.
El combate a la corrupción ha sido uno de los ejes de su administración. El “maxiproceso de la Estafa Siniestra”, donde se vincularon a proceso a 41 servidores públicos, es un golpe directo a los cimientos de la impunidad que han caracterizado a administraciones pasadas. No obstante, la lucha contra la corrupción es un camino largo y sinuoso para lograr la verdadera transformación en la cultura política del estado.
En cuanto a la seguridad, Menchaca presume un descenso en el robo de hidrocarburos, delito que ha afectado por años a Hidalgo. De haber ocupado el primer lugar a nivel nacional en este ilícito, ahora el estado ha caído al quinto lugar. Los aseguramientos de hidrocarburo, vehículos y pipas son contundentes, en la batalla contra un conflicto que, al igual que la corrupción, se renueva constantemente.
En el ámbito económico, los más de 84 mil millones de pesos en inversión atraída representan una gran promesa para Hidalgo. La creación de más de 122 mil empleos directos e indirectos suena alentadora, sobre todo en un contexto donde la economía post-pandemia sigue tambaleándose. Por lo que será necesario que esos empleos sigan siendo de calidad y lleguen a las manos de quienes más los necesitan.
La infraestructura es otro pilar importante del informe. Menchaca destaca la aplicación de 9 mil 200 millones de pesos para la realización simultánea de obras y una inversión considerable en infraestructura hídrica, algo esencial en un estado donde el acceso al agua ha sido históricamente limitado. La construcción del Tren Pachuca-AIFA y la ampliación de la autopista México-Pachuca son proyectos ambiciosos que, si se concretan adecuadamente, podrían impulsar el desarrollo regional.
En el terreno de la educación también se están sembrando semillas valiosas. El 43% del presupuesto estatal se ha destinado a este rubro, alineado con los preceptos de la Nueva Escuela Mexicana. Formar nuevas generaciones no es solo una apuesta a corto plazo, es un paso hacia la consolidación de un Hidalgo más próspero y preparado para los retos del futuro.
Es importante destacar también el llamado del gobernador a la ratificación de mandato, un ejercicio democrático sin precedentes en el estado. Menchaca se muestra confiado en su gestión y en los resultados obtenidos, abriendo la puerta a una evaluación directa de su administración. Esta medida refuerza la idea de un gobierno cercano a la gente y dispuesto a rendir cuentas.
En resumen, el segundo informe de Julio Menchaca muestra avances indiscutibles en áreas clave para el desarrollo de Hidalgo. Sin embargo, como en todo proceso de transformación, aún queda mucho por hacer. Los retos son grandes y los desafíos constantes, pero si la ruta de la transformación se mantiene firme, el futuro de Hidalgo podría ser tan prometedor como lo reflejan las cifras de este informe. La verdadera prueba, como siempre, será el impacto real y duradero en la vida de los hidalguenses.
