En 1867, 5 de agosto, el presidente Benito Juárez García restauró la República y asentado ya en la capital, tras vencer al Ejército Imperial de Maximiliano de Habsburgo, instaló la Suprema Corte de Justicia de la Nación. A quien después se identificó como Benemérito, había superado la gran prueba de diez años de conflicto entre las guerras de Reforma y de Intervención Francesa.