Fumar ya no es un destino: médicos del Hospital General de Alta Especialidad ofrecen atención gratuita, personalizada y sin juicios a quienes buscan liberarse del tabaco.
En Hidalgo, cada cigarro que se apaga puede encender una nueva oportunidad de vida. Y es que, lejos de los discursos institucionales y los regaños moralistas, el IMSS Bienestar ha decidido mirar de frente a una realidad que afecta a millones: dejar de fumar no es fácil… pero sí es posible con el apoyo adecuado.
En el Hospital General de Alta Especialidad, ubicado en el corazón del sistema de salud pública, un equipo multidisciplinario trabaja todos los días para atender a personas que han decidido decirle adiós al tabaco. Neumólogos, psicólogos, nutriólogos y personal de enfermería forman parte de este ejército silencioso que combate no con regaños, sino con empatía y conocimiento.
“Dejar de fumar no es sólo cuestión de fuerza de voluntad. Es un proceso, muchas veces emocional, que merece respeto y acompañamiento”, asegura el doctor Javier Hernández Romero, neumólogo del hospital. Desde su experiencia, cada paciente tiene una historia que merece ser escuchada, entendida y guiada sin prejuicios.
Y la necesidad es urgente. En México, según cifras de la Dirección General de Epidemiología, cada día mueren 170 personas por enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Hablamos de infartos, hipertensión, enfermedades pulmonares, varios tipos de cáncer e incluso afectaciones a la piel, la fertilidad o la salud bucal.
Pero hay esperanza. El Hospital General de Alta Especialidad no sólo atiende a quienes ya sufren consecuencias del tabaco, sino que abre sus puertas a quienes simplemente quieren dejar de fumar antes de que sea tarde. Aquí no se cobra, no se juzga, y tampoco se improvisa: el tratamiento es integral, gratuito y adaptado a cada caso.
El consumo de tabaco —incluidos los cada vez más populares vapeadores— no sólo genera una fuerte dependencia física por la nicotina, también activa un ciclo emocional difícil de romper sin ayuda. “La nicotina estimula la liberación de dopamina, lo que crea una falsa sensación de placer y calma, pero que a la larga se vuelve una trampa emocional”, explica el especialista.
Por eso, la invitación es clara: si estás cansado del humo, de la tos, del miedo al diagnóstico o de sentir que no puedes solo, hay una red profesional lista para ayudarte. Solo tienes que dar el primer paso y acercarte.
Porque cada cigarro menos es un latido más. Y en Hidalgo, hay quienes están dispuestos a luchar por cada uno.
