· Para esta celebración, que se realiza el 24 de diciembre, se invierte más de 50 por ciento del aguinaldo
La temporada navideña genera importante derrama económica porque las ventas aumentan en tiendas departamentales y en mercados o sectores que se dedican a la elaboración de banquetes, comida, incluso para quienes ofrecen algún tipo de espectáculo; sin embargo, en el ámbito familiar representa uno de los mayores gastos del año, indica la académica del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Eufemia Basilio Morales.
Por lo regular se incurre en gastos excesivos o compras compulsivas, lo cual tiene consecuencias en la economía de las personas, refiere la economista universitaria a propósito del 24 de diciembre, fecha en que se celebra la Nochebuena, una de las festividades más esperadas y relevantes, en la cual, a nivel familiar, más de 50 por ciento del aguinaldo se destina a este festejo.
Tan solo para la compra de juguetes navideños y de Reyes Magos se invierte más de 20 por ciento de ese recurso que se recibe anualmente, lo que representa una cifra alta de gasto, además de cenas, adornos, etcétera. Hay que celebrar, pero con prudencia; “podemos verlo desde dos aristas: una gran derrama económica y, por otro lado, un gran gasto”, enfatiza.
De acuerdo con la experta, las celebraciones navideñas constituyen una buena época para la economía, por encima de las fiestas patrias, el Día de Muertos, incluso Año Nuevo; hay espectáculos, promociones, descuentos y otras actividades que son benéficas.
Basilio Morales menciona en entrevista: para la Ciudad de México en 2022 las ventas durante la temporada representaron una derrama de 37 mil 334 millones de pesos, según la Secretaría de Desarrollo Económico de la capital de la República mexicana; eso es, sin duda, una situación que ayuda a incentivar el consumo y la inversión, y se prevé que este año ocurra lo mismo.
Sabemos que hay ventas específicas que se hacen en Navidad y productos que observamos en los escaparates de las tiendas desde agosto hasta enero, con la intención de aproximarnos a la temporada, que se nos antojen y comprarlos, recuerda.
Sin embargo, recomienda que debe imperar la buena administración en las familias. Sabemos que las épocas no son fáciles, aunque el año pasado fue más difícil que ahora en materia de inflación; aun así, siempre hay que prever o ver más allá. El objetivo es hacerlo de manera correcta y destinar un presupuesto fijo para la cena y los regalos, y que ello nos permita tener un horizonte claro hacia una cultura del ahorro.