- En la actualidad hay pacientes con factores de riesgo que pueden, en un futuro, padecer angina de pecho o infartos, alerta Rodolfo Herrera Franco
- Al conmemorarse el 29 de septiembre el Día Mundial del Corazón, sugiere llevar una vida saludable desde la infancia hasta la vejez
Los padecimientos del corazón son la principal causa de muerte en el mundo, tanto en hombres como en mujeres. Para evitar enfermedades del corazón y posibles fallecimientos por ese motivo, no debemos esperar a tener algún síntoma de afección cardiovascular, sino detectar los factores de riesgo y comenzar a controlarlos, prevenirlos o evitarlos, afirma Rodolfo Herrera Franco.
El académico de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza de la UNAM comenta que, así como hay instancias de prevención de cáncer de mama o cervicouterino, también debe haber programas y centros para atender las causas que los pueden ocasionar, además de contar con médicos de primer contacto capacitados para aplicar la medicina preventiva.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), de manera combinada las condiciones que afectan a este órgano muscular o a los vasos sanguíneos, por ejemplo, un ataque cardiaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardiaca, matan a 20.5 millones de personas cada año. La mayoría de los fallecimientos ocurre en países de medios y bajos ingresos.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, de enero a junio de 2023 las defunciones por enfermedades del corazón fueron la primera causa a nivel nacional, con 97 mil 187 casos.
El principal padecimiento, destaca el universitario, es la cardiopatía isquémica, o sea, la enfermedad de las arterias coronarias que la gente conoce como “angina de pecho”; el infarto del miocardio y la muerte súbita son otras manifestaciones cardiacas.
Con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra el 29 de septiembre, el cardiólogo precisa que, en el pasado, estos males afectaban a la población adulta de más de 45 años; sin embargo, en la actualidad tenemos pacientes más jóvenes, de 30 o 35 años, con angina de pecho o infartos.