El rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador, anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador la noche del viernes 5 pasado, obtuvo en el entorno solidaridad de incontables gobiernos. Esto ocurrió después de que la policía de aquel país irrumpió en la embajada de México para detener al ex presidente Jorge Glas, al que se le había otorgado, por México, asilo político. Se entiende que las embajadas son extensión de soberanía de los países, pero esto se rompió en alardes de fuerza. La canciller Alicia Bárcena dejo claro que se había violado lo bien precisado de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.