Ha habido abusos contra mujeres deportistas en que ellas lo han denunciado públicamente. Otras, en aras del pudor, guardaron silencio. Su supo, por ejemplo, que algunas futbolistas se quejaron de asedios. Se infiere que fueron escuchadas. Pero otro caso de estas nefastas prácticas lo proporcionó la pentatleta Tamara Vega Arroyos. Dos veces olímpica, señaló haber sido víctima de su exentrenador por presunto abuso en su adolescencia. Pasaron 16 años hasta que armada de valor y al tiempo coraje, lo difundió. Y más que encarcelar a su ex coach, precisa:” Quiero visibilizar lo que a mi me pasó y que mi caso sea un estandarte de que sí podemos defendernos y de que los agresores de otros atletas tengan miedo de la justicia”.
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