El 16 de junio del muy lejano 1785, el regente de la Audiencia de la Nueva España, Vicente Herrera, ordena la construcción de una casa de campo sobre la cima del cerro de Chapultepec, sobre las ruinas de los templos reales aztecas, lo cual le acarrea problemas con la autoridad real; este sitio será después el Castillo de Chapultepec. También decide la construcción de las dos torres de la Catedral de la ciudad de México, obra que se empieza a erigir en 1573 bajo la dirección del arquitecto Claudio de Arciniega. El reloj y la fachada son concluidos por el arquitecto Manuel Tolsá. En 1788 concluye las dos torres el arquitecto mexicano Damián Ortiz de Castro.
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