#GuadalupeReyes #SeAcabóLaDieta #TradicionesMexicanas
Hoy, 12 de diciembre de 2025, no es un día cualquiera: es el disparo de salida de lo que en México se conoce con humor, cariño y —hay que decirlo— con un poquito de valentía como el Maratón Guadalupe-Reyes. ¿Qué significa eso? Pues sencillamente 26 días consecutivos de celebraciones, encuentros, sabores, devoción… y sí: de exceso en comida y bebida que nos hará meditar sobre la vida, el ponche y la dieta perdida.
🎉 Del 12 de diciembre al 6 de enero: El maratón que no pide inscripción
Este “maratón” no se corre con tenis ni cronómetro —se corre con *tamal, pozole, champurrado, ponche… y quizá un brindis obligado con la familia, los compas y alguien que dice que “este año sí sí bajo de peso”.
La carrera comienza hoy con el Día de la Virgen de Guadalupe, donde millones de personas acuden a cantarle Las Mañanitas a la “Morenita del Tepeyac” en la Basílica de Guadalupe, una de las peregrinaciones religiosas más multitudinarias del mundo.
A partir de aquí, cada tramo del calendario tiene su propio significado cultural:
- 16–24 de diciembre: Las tradicionales posadas, símbolo de convivencia, música, piñatas y antojitos.
- 24 de diciembre: Nochebuena, la cena más esperada del año.
- 25 de diciembre: Navidad, con su bondad y quizá un recalentado eterno.
- 28 de diciembre: Día de los Santos Inocentes (cuidado con las bromas).
- 31 de diciembre y 1 de enero: De Año Viejo a Año Nuevo… con propósitos que mañana se olvidan.
- 6 de enero: Día de los Reyes Magos y la tradicional Rosca de Reyes.
🧠 ¿Por qué se llama Guadalupe-Reyes?
Aunque hoy lo usamos para describir este periodo de fiesta interminable, el término no nació en un taller de marketing de ponche. Surgió en la década de los 90 como el nombre de un operativo policiaco realizado en la Ciudad de México para dar seguridad a quienes viajaban o celebraban entre el 12 de diciembre y el 6 de enero. Con el tiempo, la gente adoptó la frase para describir con humor la verdadera carrera: sobrevivir a tantas fiestas.
🎭 Entre lo sagrado y lo sabroso
Aquí está el punto más bonito y más peligroso del maratón: convivencia y tradición se mezclan con antojitos y brindis. Nos reunimos como sociedad, como familia y como comunidad —alrededor de una mesa, de una misa, de una posada o de una rosca. Ese espíritu festivo es algo que no se compra, se vive.
Pero también debemos decirlo con sinceridad responsable: no todo es trago y villancicos. Entre los memes y los brindis, está la economía familiar, la “cuesta de enero” y la responsabilidad de celebrar con moderación para llegar con salud y buena memoria al próximo año
