De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020-2023, la prevalencia de sobrepeso y obesidad en escolares y adolescentes es de 36.5 por ciento y 40.4 por ciento, respectivamente. Además, tener padre o madre con estos padecimientos duplica la prevalencia.
Entre las mujeres adultas aumenta hasta 41 por ciento y en los hombres, 33 por ciento.
La obesidad, es el exceso de tejido adiposo que condiciona o aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares.
Alerta que, en particular, las estadísticas de obesidad y sobrepeso infantil son alarmantes, pues implican que este sector de la población, además de ver alterada su calidad de vida, tiene altas probabilidades de llegar a ser adultos enfermos, con comorbilidades.
Otro problema es la capacidad que tendría el sistema de salud para dar respuesta a esta crisis. Frente al limitado acceso a alimentos saludables, abundan los ultraprocesados, con sabores agradables y a precios competitivos. “Desde la infancia, el paladar se va acostumbrando a sabores predominantemente dulces, salados, alimentos grasosos, y es difícil -aunque no imposible- que en la adultez cambien este esquema”.
En ese sentido, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020-2023 también reporta que el consumo de azúcares añadidos es muy alto entre escolares y adolescentes en nuestro país, pues contribuyen con 21.9 por ciento de la ingesta de energía. Cerca de 66 por ciento de la población supera el límite máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud de 10 por ciento.
Asimismo, revela que solo uno de cada cuatro escolares o adolescentes en el país cubre la recomendación de consumo de frutas y verduras.