Cada año, 20 mil millones de metros cúbicos de esta macroalga mariana arriban al Caribe Mexicano, expuso Rodolfo Silva Casarín
Para hacer viable el manejo del sargazo, la manera más certera es revalorizarlo y utilizarlo por su gran contenido de celulosa en la elaboración de productos como papel, membranas y filtros, tarea en la cual colabora la UNAM para la sostenibilidad del Caribe mexicano
Actualmente se realizan diversos prototipos en colaboración con investigadores de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Mérida; el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología; el Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad del Instituto de Ecología; así como el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada; y el Instituto de Energías Renovables.
“Parte de lo que ya se tiene diferenciado son membranas capaces de eliminar colorantes típicos de la industria textil; pueden usarse también como filtros para eliminar contaminantes emergentes, en lo referente a medicamentos; y lo que se trabaja aún es cómo tener un sistema de tratamiento de aguas residuales a pequeña escala, aun cuando resulte complejo por el tipo de subsuelo kárstico de la zona del Caribe”, detalló.
Según cifras del también integrante del Sistema Nacional de Investigadores y de la American Society of Civil Engineering arriban anualmente 20 mil millones de metros cúbicos al Caribe mexicano, lo que equivaldría a darle la vuelta al planeta con una tubería de 80 centímetros de diámetro.
Es una de las zonas donde tenemos mayor biodiversidad en México. En un área pequeña encontramos praderas de pastos marinos que tienen de vecinos a los arrecifes de coral, playas, lagunas, humedales; para la restauración es necesario tomar en cuenta que el sargazo cambia la composición química y física del agua, por lo que se genera la sustitución de praderas por otro tipo de algas, alertó.
El turismo, continuó, asiste a las blancas playas que son de origen biogénico, que están generadas esencialmente por el tema de corales, praderas de pastos marinos, pero uno de los retos que tenemos es que, en los últimos 25 años, ha sido muy notorio el deterioro.